Oh, la fe!

Castro, Víctor M. de,

Oh, la fe!

A Josefina

Un peregrino se sentó a meditar bajo el ramaje de un álamo. El peregrino se quedó dormido, luego despierta y decide seguir, pero en ese momento vino una ráfaga de viento y estremeció el álamo y luego vinieron unos seres misteriosos y le dijeron que su fe había sido probada


Ensayo

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